domingo, 30 de octubre de 2011

Just me




Una de las cosas que me resultan más relajantes es la jardinería y la decoración floral. Todos los años cuando cae el otoño lleno mi casa de flores.

Esta vez, he descubierto un paraíso llamado Shangai donde me he provisto de ericas, eucaliptus, hortensias, infinitas variedades de flores silvestres, y verde, mucho verde, que no voy a detallar para no aburriros.

Guantes en mano y Turandot sonando en los altavoces de mi iPod, ha caído la ya precoz noche mientras yo continuaba ensimismaba y recogida en mi intimidad.

Con restos de hojas y ramitas secas, algunas florecitas y cuerda he transformado estas tres botellitas de cristal que compré en Federica & Co la semana pasada mientras mi hija, Claudia, y su amigo Nicolás se atiborraban de chuches en la fiesta de Halloween que celebraron en el jardín.

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