martes, 28 de diciembre de 2010

Sr. Obispo, bromas las justas.

Tal vez porque hoy, 28 de diciembre, se celebra el día de los santos inocentes, el obispo Reig ha querido gastar una broma de mal gusto.
Santas (para los que crean en la santidad) e inocentes (para los que se rijan por el sentido común) son las 71 mujeres que han fallecido a manos de sus parejas este año en nuestro país. Parejas a las que ellas adoraban y veneraban. Y es que nadie merece veneración aunque algunos no lo entiendan. En estos días en que los académicos andan reformando nuestro diccionario, deberían valorar la eliminación de la primera acepción de “venerar”, a ver si eliminando palabras comenzamos a borrar costumbres. Propongo dejarlo en: “dar culto a Dios, a los santos o a las cosas sagradas”. Y el que se anime, que venere a su dios, sin enredarse demasiado y quedarse sin tiempo para practicar el bien ajeno.

Resulta que el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig, que también es presidente de la Subcomisión Episcopal de Familia de la Conferencia Episcopal, ha asegurado que "los matrimonios canónicamente constituidos tienen menos casos de violencia doméstica que aquellos que son parejas de hecho o personas que viven inestablemente". Imagino que este empleado de la Santa Sede ha realizado estas declaraciones tras realizar un exhaustivo estudio científico mantenido en el tiempo.

Ya estábamos acostumbrándonos a la cruel prohibición por parte de la iglesia católica del uso del preservativo para evitar que millones de niños mueran de SIDA, ya habíamos asumido que los curas habían violado a miles de inocentes menores de edad durante décadas truncando sus vidas, ya habíamos aceptado que si nuestro comportamiento no es el esperado por un señor que viste de blanco viviremos eternamente en las calderas de Pedro Botero, pero una vez más se han superado a sí mismos.

Desde mi blog, que es mi casa y es mi opinión, les digo una cosa: se lo están montando muy mal, señores. Como experta en comunicación (y les aseguro que soy buena) les recomiendo que contraten a una agencia que les haga un lavado de cara y les diseñe una campaña de marketing. Puedo hacerlo yo misma, siempre y cuando paguen bien.

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